¿Qué ocurre normalmente en el organismo?
La insulina es necesaria para transportar la glucosa, la reserva energética del organismo, al interior de las células. La glucosa se produce en el hígado, donde los hidratos de carbono de cadena corta y larga procedentes de los alimentos se descomponen en glucosa y grasa. Esto permite almacenar energía, en parte en el hígado, pero también en las propias células grasas del organismo. La energía procedente de la glucosa almacenada en el hígado está rápidamente disponible en todo momento, mientras que la convertida en grasa debe transformarse de nuevo antes de poder ser utilizada por los órganos y los músculos.
¿Qué desencadena la diabetes de tipo II?
Ante una ingesta excesiva de hidratos de carbono de cadena corta y larga, pronto se agotan las posibilidades de almacenamiento en el hígado y las células adiposas. Sin embargo, siguen convirtiéndose en glucosa en el hígado, de modo que el páncreas recibe la señal de producir más insulina para que la glucosa pueda seguir siendo "prensada" en las células. Cuando esto deja de funcionar (lo que se denomina resistencia a la insulina), la glucosa se convierte en grasa y se almacena en otra parte del cuerpo, por ejemplo, en el páncreas, en la cavidad abdominal (grasa visceral) o más tarde entre los músculos esqueléticos. La grasa visceral es muy activa hormonalmente. Si se ha acumulado demasiada grasa en el organismo, se produce la proteohormona leptina, que se supone que reduce la ingesta de alimentos. Sin embargo, también puede desarrollarse una resistencia a la leptina, que envía una señal al organismo para que siga almacenando grasa. El resultado: la grasa visceral sigue aumentando y se buscan y encuentran otras posibilidades de almacenamiento en los músculos y los vasos sanguíneos. Es en este momento en el que aumenta el nivel de glucosa en la sangre, lo que podemos medir como una elevación permanente del azúcar en sangre. Debido al uso excesivo y a la degeneración grasa del páncreas, éste se afloja con el tiempo, de modo que las células productoras de insulina dejan de hacer su trabajo (disfunción de las células beta). Por lo tanto, esta sintomatología se debe, en última instancia, a la ingesta de demasiado azúcar a través de los alimentos.
¿Cuál es el tratamiento estándar de la diabetes?
En primer lugar, pueden recetarse comprimidos para inhibir la conversión de carbohidratos en glucosa y grasa y, en segundo lugar, insulina para reducir los niveles de glucosa en sangre. Y, por supuesto, es muy útil que los diabéticos con sobrepeso pierdan peso, por ejemplo, cambiando su dieta o haciendo ejercicio.
¿Cuál es el estado de la investigación?
La diabetes es una enfermedad que se da sobre todo en personas con sobrepeso, por lo que parecía intuitivo aconsejar a los pacientes que evitaran las grasas. Sin embargo, estudios recientes han mostrado que las grasas alimentarias no implican necesariamente una subida de peso, sino que existen grasas buenas y menos buenas. Así, los hidratos de carbono, es decir, el azúcar, han pasado al primer plano como causa del problema de la diabetes. También en este caso hay formas mejores y peores. Los alimentos muy procesados, por ejemplo, suelen tener un índice glucémico muy alto, lo que significa que aumentan mucho los niveles de azúcar en sangre. Este efecto también se produce con cualquier forma directa de azúcar, por ejemplo la fructosa de la fruta, así como el arroz descascarillado, la pasta, los refrescos y el alcohol.
¿Qué deben hacer los diabéticos?
En primer lugar, es especialmente importante perder la grasa "adecuada". Las grasas superficiales bajo la piel son antiestéticas, pero en última instancia no suponen un riesgo para la salud. El principal problema es la grasa visceral. Cuando estas células grasas se han vaciado al perder peso, pueden utilizarse de nuevo como almacenes y el hígado ya no tiene que liberar el azúcar convertido en la sangre. Esto también elimina la señal al páncreas para que produzca (más) insulina, por lo que sus células suelen recuperarse y la producción de insulina vuelve a la normalidad.
¿Cómo pueden prevenir la diabetes los no diabéticos?
La detección precoz de la diabetes es bastante sencilla. Mucho antes de que se produzca el aumento de los niveles de glucosa en sangre que señala la enfermedad, ya aparecen los síntomas. Por ejemplo, la resistencia a la insulina puede determinarse mediante valores de laboratorio y el tejido hepático graso puede detectarse mediante ecografía. Y, por último, la propia grasa corporal puede ser reconocida por todos, porque se muestra en el IMC (índice de masa corporal) y -aún mejor- por la circunferencia del abdomen. Esto es un indicador de la grasa visceral más peligrosa. Para las mujeres, el límite es de 80 cm, para los hombres de 94 cm; se vuelve muy crítico cuando el perímetro abdominal supera los 88 cm (mujeres) y los 102 cm (hombres). Así que no reaccione con indignación cuando su médico le hable del sobrepeso y de los riesgos que conlleva: lo hace con las mejores intenciones para usted y su salud.
¿Cómo adelgazar de forma saludable?
Evidentemente no existe una solución universalmente aceptada que funcione igual de bien para todos, por lo que siempre debe haber una discusión individual entre médico y paciente. Si la ingesta de calorías es inferior a las consumidas, se pierde peso: eso es obvio. Sin embargo, estudios recientes han mostrado que una reducción regular de la ingesta calórica hace que el organismo se adapte a ella y, en consecuencia, reduzca su tasa metabólica basal, activando un "programa de emergencia”. Esto provoca una reducción de células, incluidas las que consumen mucha energía, como las musculares. Para evitar este efecto, se debe practicar deporte de preservación muscular. Esto ciertamente puede resultar dificultoso. Así, para quemar 300 calorías hay que montar en bicicleta durante unos 45 minutos a una velocidad media de 20 km/h.
Una alternativa recomendable es el ayuno intermitente. Esta práctica significa que una vez a la semana se deja de ingerir todo tipo de alimento, excepto agua, durante 36 horas. Si quisiera reducir su ingesta diaria de calorías en 300, por ejemplo, puede hacerlo en estas 36 horas, durante las cuales ahorrará una vez y media su tasa metabólica basal. La ventaja de esto es que su cuerpo no pasa al "programa de emergencia", sino que activa inmediatamente la quema de grasa como sustituto de la comida que le falta. Y eso es, al fin y al cabo, exactamente lo que quiere conseguir. Además, tendrá energía suficiente para otras actividades deportivas.